Entre gritos y pitos

Dos películas han caído estos días en el cine. Por un lado Once, película a la que denominan musical, aunque más bien se trata de una película con gente que canta, que no es lo mismo. Sin ser una maravilla habla de una relación entre dos personas, sin caer en el sentimentalismo propio del rollo chico-chica, que comparten aficiones y penurias. Al menos no salí defraudado del cine. La segunda fue American gangster. Fui un poco obligado al cine, ya que las películas de este género no me van mucho. La película se deja ver, pero te quedas igual, sin tener nada especial, vi lo que me esperaba ver. Una historia muy lineal sin salirse de los clichés del género.

El sábado estuve por Pamplona. Comida/reunión con los amigos de la carrera: Dani, Izaskun, Duca, Sancho, Ugalde, Aritz, Christian, Palo, Elena y Bea. Comimos muy bien en el Mesón Pirineo y después reparto de regalos del amigo invisible. Regalé otro comic, para difundir un poco este medio, que hay que conseguir lectores de alguna forma. Este vez le tocó a El diario sentimental de Julian Pi, de mi lista de comics regalables.

Así que nada. Feliz año...

En la puerta del sol
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán, de alfombra están.
Los petardos que borran sonidos de ayer
y acaloran el ánimo
para aceptar que ya, pasó uno más.
Y en el reloj de antaño
como de año en año
cinco minutos más para la cuenta atrás.
hacemos el balance de lo bueno y malo
cinco minutos antes de la cuenta atrás.
Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes y alguno que otro
cura despistao.
entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos hacemos por una vez,
algo a la vez.
Y en el reloj de antaño
como de año en año
cinco minutos más para la cuenta atrás.
hacemos el balance de lo bueno y malo
cinco minutos antes de la cuenta atrás.
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos
a los que ya no están le echaremos de menos
y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.
1, 2, 3 y 4 y empieza otra vez
que la quinta es la una
y la sexta es la dos y así el siete es tres.
Y decimos adiós y pedimos a dios
que en el año que viene,
a ver si en vez de un millón
pueden ser dos.
En la puerta del sol
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán, de alfombra están.

UNA AÑOS MÁS - MECANO